Parece
que el célebre y exitoso dúo fraternal de los Coen se separa temporalmente y Joel,
sin la intervención de su hermano Ethan, ha elegido para su nueva andadura en
solitario la adaptación de una obra de Shakespeare. Sin negar que el
archifamoso escritor inglés trata temas universales, que sus personajes son
emblemáticos y que su calidad trasciende las décadas y los siglos, considero
que las recreaciones fieles y clásicas de sus libros hallan mejor cabida sobre
los escenarios que en la gran pantalla. Hasta las más afamadas y aplaudidas películas
siempre han debido realizar un esfuerzo para ajustar a los cánones
cinematográficos las ideas del dramaturgo o, en su caso, han quedado ancladas
en ciertos corsés teatrales que limitan las capacidades del Séptimo Arte.
En
este caso, Joel Coen se aleja de cualquier vocación cinéfila y se encorseta en
una artificial, parca y deslucida estética, al tiempo que se enreda también en
unos rebuscados y agotadores diálogos. Seguramente el resultado final suponga un
deleite para los puristas shakespearianos pero, para los amantes del cine, o al
menos para mí, desluce y desconcierta. A los pocos minutos me desconecté de la historia
y, a partir de ese momento, la monotonía visual y el discurso pedante me
condujeron al tedio. Me aburrí y, pese que el metraje no es excesivo, no dejé
de mirar con afán el reloj, uno de los gestos más evidentes cuando un
largometraje no gusta.
Y
conste que le reconozco al film algunos méritos. Los actores llevan a cabo una
eficaz labor, acorde con los requerimientos del director, y tampoco puedo negar la pulcritud
con la que el cineasta se acerca al universo del autor. Sin embargo, el
visionado me generó la misma sensación de tener que cruzar un desierto, un
terreno arenoso e inhóspito similar al del extraño ser que, en una de las
escenas iniciales, se retuerce trazando con su cuerpo formas imposibles
mientras lanza una alocución recargada y postiza.
La
cinta gira en torno a la figura de Macbeth, un noble que, convencido por tres
brujas, cree estar destinado a ser rey de Escocia. Ayudado por su ambiciosa
esposa, intentará apoderarse de la corona sin importarle el modo.
A
la espera del veredicto de la Academia de Hollywood y de los BAFTA británicos,
la cinta parece haber agradado modestamente a una parte de la crítica. En los
Globos de Oro y en los premios del Sindicato de Actores, tan sólo Denzel
Washington ha recibido una nominación como mejor actor protagonista. Sí alcanzó
más gloria en los National Board of Review (con galardones para el guion
adaptado y la fotografía), además de que, junto con el American Film Institute,
incluyó “La tragedia de Macbeth” entre los diez títulos más relevantes del año.
En todo caso, lo cierto es que esa exquisitez que han captado otros analistas a
mí no me ha alcanzado. Tal vez sea yo quien no esté a la altura de este reto pero,
para ser honesto, debo calificarlo como un proyecto fallido.
Sobre
su ya citado protagonista, compone un actuación notable y no cabe duda de que
se trata de un intérprete solvente y eficaz que sabe encandilar a la cámara. Ganador
de dos Oscars, ha sabido compaginar con destreza determinados proyectos más
artísticos y dramáticos con otros pertenecientes al género de acción. “Grita
libertad”, “Tiempos de gloria”, “Huracán Carter” o “Fences” se combinan con “El
informe Pelícano” o “American Gangster”. Su profesionalidad queda, pues, al
margen de cualquier cuestionamiento, circunstancia que comparte con su esposa
en la ficción, Frances McDormand. En este caso, son cuatro las estatuillas
doradas que tan singular actriz norteamericana, y “Arde Mississippi”, “Agenda
oculta”, “Tres anuncios en las afueras” y buena parte de la filmografía de los
hermanos Coen la catapultan como un referente de la cultura estadounidense.
A
cargo de papeles secundarios intervienen Brendan Gleeson (“Al filo del mañana”,
“Green Zone: Distrito protegido”, “Cold Mountain”), Alex Hassell (“Suburbicón”,
“Rescate en el Mar Rojo”), Corey Hawkins (“Infiltrado en el KKKlan”, “Straight
Outta Compton”) o Harry Melling (“Gambito de dama”, varias entregas de la saga
de Harry Potter).
No hay comentarios:
Publicar un comentario