viernes, 11 de junio de 2021

EXPEDIENTE WARREN: OBLIGADO POR EL DEMONIO (The Conjuring: The Devil Made Me Do It)



“Expediente Warren” se ha convertido en una saga cinematográfica diversa que, además de la trilogía de cintas estrenadas con idéntica denominación (“The Conjuring” en el original), incluye las más excéntricas y discutibles “Anabelle”, “La monja” y “La llorona”. Ahora se estrena “Expediente Warren: Obligado por el demonio” para engrosar esta serie de largometrajes de irregular calidad que ya muestra evidentes signos de agotamiento. Detrás de este particular universo especializado en el género de terror se sitúa el productor y director James Wan. De nacionalidad australiana, ascendencia china y marcado estilo anglosajón, logró su mayor éxito comercial con el film “Fast & Furious 7” (más de mil quinientos millones de dólares recaudados a nivel mundial), aunque se dio a conocer a través de muestras tan sangrientas y retorcidas como “Saw”, dedicándose alternativamente a la producción de sus secuelas.

Títulos como “Silencio desde el mal” o “Insidious” (que también ha dado lugar a una trilogía y a otro cuarto capítulo en fase de preproducción) evidencian claramente la clase de cineasta que es Wan y, desde luego, resulta incuestionable que no ha nacido para rodar comedias románticas. Sus películas son fiel reflejo del mal y de la crueldad humana, unidas a veces a influencias espirituales destinadas básicamente a aterrorizar a los espectadores. No obstante, se le debe reconocer su eficacia dado que, a las elevadas recaudaciones de sus trabajos, se añade cierto reconocimiento de la industria como autor con estilo propio. En este caso, Wan aparece en los créditos como productor, siendo el realizador Michael Chaves, responsable de la citada “La llorona”, uno de los ejemplos más flojos de toda la saga. Chaves no posee la contundencia de Chan, ni su facilidad para narrar visualmente, perdiéndose en mayor medida en los tópicos y las herramientas más reiteradas y oxidadas de esta modalidad de cine.

Nuevamente está basada en las experiencias de la pareja formada por Ed y Lorraine Warren, dos parapsicólogos dedicados al estudio de los más extraños episodios paranormales. Ambientada en los años ochenta, en esta ocasión estudian el caso de un hombre acusado de un homicidio tras hallarse supuestamente poseído por un demonio. Sus dos antecedentes previos (“Expediente Warren” y “Expediente Warren: el caso Enfield”) se revelaron claramente mejores. Aquí existe menos emoción y, sobre todo, menor capacidad para la sorpresa. Tal vez el resultado final satisfaga a sus incondicionales pero, más allá de los aficionados más fervientes, dudo que coseche ningún aplauso. Los personajes y la trama pecan de estar exprimidos hasta el límite y esta nueva entrega no hace sino rebajar el listón del serial. El producto, de hecho, parece haberse gestado como una serie de televisión más que como una saga de largometrajes para la gran pantalla. Incluso la decadencia se ha trasladado a la taquilla, habida cuenta que “Expediente Warren: Obligado por el demonio” ha descendido en su recaudación de forma notoria con relación a sus predecesoras. Quizá la situación de Covid-19 haya influido, pero la pura realidad es que se trata de una propuesta agotada y, a mi juicio, convendría darle carpetazo definitivo para detener su deterioro.

Encabezan de nuevo el reparto los actores Patrick Wilson y Vera Farmiga. Al primero le hemos podido ver en “Watchmen”, “Hard Candy” y “Young Adult”, y a la segunda en las más interesantes “Infiltrados”, “El niño del pijama a rayas” y la deliciosa “Up in the Air”. Como intérpretes secundarios figuran John Noble (“El señor de los anillos: el retorno del rey” y su anterior entrega “Las dos torres”) y Eugenie Bondurant (“Los juegos del hambre: Sinsajo parte 2”).





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