“A dos metros de ti” es uno de esos dramas reconfortantes plagado de buenos sentimientos y de historias de superación personal encabezadas por adolescentes. Por lo tanto, está destinado a un público de lágrima fácil, emotividad efervescente y una reconocida ingenuidad defendida a muerte. Resulta muy sencillo dejarse llevar por sus protagonistas y sus tragedias, sus anhelos, sus romances y sus canciones. Sin embargo, presenta varios defectos que no pasarán inadvertidos, sobre todo a quienes ya hayan visto mucho cine, porque cada escena recuerda de forma constante a otras incluidas en títulos más exitosos y originales. No es posible terminar la proyección sin rescatar de la memoria largometrajes como “Bajo la misma estrella” (2014), “Las ventajas de ser un marginado” (2012), o “Antes de ti” (2016), por citar únicamente tres ejemplos de cine reciente, juvenil y popular. El presente estreno va a rebufo de todos ellos y genera en el espectador esa evocación que le sitúa ante un producto de segunda mano, con lo que ello supone de sensación negativa. Cuando menos, se debe advertir que nos hallamos ante una obra excesivamente influenciada por otras.
Justin Baldoni, un actor formado en series de televisión (“JAG: Alerta roja”, “Jane the Virgin” y varios “C.S.I.”) debuta sin mucho nervio en la dirección con este trabajo. El propósito evidente y deliberado de tocar la fibra sensible no se disimula en ningún momento. Ni siquiera se aprecia un esfuerzo dirigido a apoyarse en un guion sólido. Y es que, por más que se indique que la historia se basa en hechos reales, su tono meloso y dulzón sobresale a pesar de las numerosas penurias que se reflejan en la pantalla. Queda patente el condimento empleado en esta adaptación cinematográfica hasta encubrir el auténtico sabor que debieron experimentar los verdaderos afectados en esta experiencia. Aunque pretende ser duro, el relato no deja de ser blando. En definitiva, cuando se filman unos acontecimientos verídicos de tal manera que parezcan artificiales, la sensación ha de ser muy frustrante. Cuestión distinta es que el producto resulte a la postre efectivo y genere un oleada de corazones encogidos y de pañuelos en la mano.
En cualquier caso, pese a reconocerle cierta frescura y vislumbrar un conjunto de recursos eficientes para ganar adeptos, yo percibí ese desconcertante aroma a libreto prefabricado, con unos personajes instalados en lo políticamente correcto, un público predefinido y un objetivo centrado en hurgar en esos puntos débiles y extraer de los asistentes a la sala de proyección toda una batería de suspiros, sollozos y demás congojas destinados a reconfortar el alma. Algunos lo llaman manipulación. Otros, entretenimiento. Otros más, terapia. Sea como fuere, y con independencia de sus posibles efectos secundarios positivos, no parece un resultado natural, ni creíble, ni cinematográficamente original, ni artísticamente creativo. Y lo peor, además, es que el ritmo decae considerablemente durante la última media hora.
Dos adolescentes ingresados en un hospital como consecuencia de padecer graves enfermedades que ponen en riesgo sus vidas, se conocen, conectan y comienzan a sentirse atraídos mutuamente. Stella tiene diecisiete años y sufre fibrosis quística, la misma edad y patología que Will. Aunque han de permanecer separados varios metros para evitar su contagio, nace entre ambos un vínculo sumamente especial.
Cabe destacar que los intérpretes que dan vida a la pareja se libran de la mala crítica. A Haley Lu Richardson la pudimos ver en “Múltiple” de M. Night Shyamalan, mientras que Cole Sprouse se ha curtido desde niño en series televisivas, encarnando al hijo de Ross Geller en la célebre “Friends” y siendo uno de los miembros de “Zack y Cody” en “Hotel, dulce hotel”. Demuestran los dos que tienen madera, sosteniendo en buena medida la película sobre sus hombros.
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Datos del filme
Año: 2019
Duración: 116 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Justin Baldoni
Guion: Mikki Daughtry, Tobias Iaconis
Música: Brian Tyler, Breton Vivian
Fotografía: Frank G. DeMarco
Reparto: Haley Lu Richardson, Cole Sprouse, Moises Arias, Kimberly Hebert
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