En
mi opinión, el resultado ha de calificarse de mayoritariamente positivo, si
bien en algún momento tal mezcolanza genera cierta confusión en el relato y una
extraña sensación en el espectador. Tal vez el reto se tornaba demasiado
elevado. Aun así, la valentía de la propuesta y el acierto de diversos
elementos artísticos logran un holgado aprobado que, incluso, roza el notable.
La película resulta creativa, visualmente atractiva, sonoramente acompasada y a
cargo de destacadas interpretaciones. Tan sólo en determinadas partes del
metraje se vislumbra un leve desorden, no se sabe si fruto de una improvisación
desacertada o de una intencionada forma de creatividad.
Dirige
la cinta el británico Joe Wright, autor de las magníficas “Expiación. Más allá
de la pasión” y “Orgullo y prejuicio”, y de las interesantes “Anna Karenina” y
“El instante más oscuro”. Presentó un desafortunado e impropio borrón en su
filmografía con “La mujer en la ventana”, pero retoma el vuelo con esta
revisión de “Cyrano”. El realizador ha demostrado habilidad para la narración
cinematográfica, así como brillantez para la plasmación de emociones ante la
intensidad de una buena historia.
Cyrano
de Bergerac se alza como un ser adelantado a su tiempo. Deslumbra en cualquier
enfrentamiento, tanto por su afilado ingenio verbal como por su habilidad con
la espada. Sin embargo, su enanismo le empuja a considerarse indigno del amor
de una joven de la que está prendado. Entre tanto, ella termina fijándose en
otro hombre, avivando de ese modo el ingenio del espadachín y desencadenando la
tragedia.
El
largometraje opta al Oscar al mejor vestuario, mientras que en los Globos de
Oro recibió dos nominaciones (mejor película en la categoría de comedia o
musical y mejor actor protagonista). En los recién entregados BAFTA británicos
recibió las candidaturas a mejor película británica, mejor vestuario, mejor
maquillaje y peluquería y mejor dirección artística.
Las
letras de las canciones llevan la firma del matrimonio formado por Matt
Berninger y Carin Besser, y la autoría de la música recae sobre los hermanos
gemelos Aaron y Bryce Dessner. Ambos trabajos se ponen al servicio de un
espectáculo visual y coreográfico que contribuye a la grandilocuencia de las
escenas. Obviamente, ni la partitura ni el film se sitúan a la altura de “West
Side Story” (sea el de Spielberg, sea el de Jerome Robbins y Robert Wise), pero
alcanza un tono atrayente que, pese a su falta de continuidad, provoca un regusto
agradable hasta el final de la proyección.
Encabeza
el reparto el popular actor Peter Dinklage, muy conocido gracias a la serie
televisiva “Juego de tronos” y a sus relevantes interpretaciones en “Tres
anuncios en las afueras” o “X-Men: Días del futuro pasado”. Su talento queda
fuera de toda duda y, a pesar de que su físico le condiciona desde el punto de
vista profesional, engrandece la esfera artística de las obras en las que interviene.
Le acompañan Haley Bennett (“Los siete magníficos” de 2016, “La chica del
tren”), Kelvin Harrison Jr. (“Waves: Un momento en el tiempo”) y Ben Mendelsohn
(“Rogue One: Una historia de Star Wars”, “El caballero oscuro: La leyenda
renace”).
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