Pocos
cineastas han conseguido en un mismo año y con dos películas diferentes triunfar
en los principales certámenes cinematográficos y ceremonias de entrega de
galardones. Ryûsuke Hamaguchi lo ha logrado. Se alzó primero con el Gran Premio
del Jurado en el Festival de Cine de Berlín de 2021 con “La ruleta de la
fortuna y la fantasía”, y después con la Palma de Oro de Cannes con “Drive My
Car”. Similar circunstancia le sucedió a Francis Ford Coppola cuando en 1974
cosechó elogios y reconocimientos simultáneos por “El Padrino parte II” y “La
conversación”. Lo cierto es que Hamaguchi ha encandilado al mundo entero con
una incontestable unanimidad. En la obra universal “El principito” se nos traslada
la idea de que sólo se ve bien con el corazón, puesto que lo esencial resulta
invisible a los ojos. Y justamente el principal mérito del cineasta japonés
radica en hacer plenamente visibles a los ojos esas cuestiones esenciales que
no se pueden apreciar a simple vista.
Hay
que reconocer que las casi tres horas de metraje se tornan excesivas y que la
narración pausada va a contracorriente del ritmo vertiginoso de la mayoría de
las películas que llegan a nuestra cartelera. Su visión, por lo tanto, no es sencilla
pero, si logra conectar con la historia, sumerge al público en un mar de sensaciones
muy reconocibles. Se trata de una perfecta radiografía del alma humana, un
profundo drama que disecciona la soledad, la incomunicación o el dolor con
maestría y, sobre todo, con una sutileza y una belleza que embriagan.
Basada
en un texto del famoso escritor Haruki Murakami, la trama refleja cómo, pese a
no ser capaz de recuperarse de un drama personal, un actor y director de teatro
acepta encargarse del montaje de "Tío Vania" para un evento en Hiroshima.
Allí conoce a Misaki, una joven reservada a la que le han asignado como chófer.
A medida que acumulan trayectos, la sinceridad creciente de sus conversaciones obliga
a ambos a enfrentarse a sus respectivos pasados.
Cabe
calificarse de infinita la relación de distinciones de “Drive My Car”. Dentro
de la categoría de película extranjera o de habla no inglesa, ha sido la escogida
en los Globos de Oro y los Gotham, y numerosas asociaciones de críticos la han
elegido como la mejor cinta de todas las estrenadas en 2021, entre ellas la Asociación
de Críticos Los Ángeles y el Círculo de Críticos de Nueva York. También en los
BAFTA opta a mejor película extranjera, dirección y guion, mientras que en los
Oscar opta en las categorías de Mejor Película, Mejor Película Internacional,
Mejor dirección y Mejor guion adaptado. Toda un logro para uno de los
largometrajes del año.
Película
honesta en la que se percibe la labor creativa de su realizador y donde se
exploran situaciones y sentimientos normalmente sobreentendidos u olvidados,
posee cierta carga hipnótica y su pareja protagonista interactúa de forma
armónica. Quizá no contenga ninguna secuencia especialmente sublime pero, en
conjunto, constituye un trabajo completo, sólido y hondo. Uno de esos títulos
que, a buen seguro, ganará con cada visionado posterior, habida cuenta que se
le irán encontrando nuevos matices y perspectivas. Nos coloca, asimismo, ante
un realizador con el que se debe contar en el futuro. Su largometraje “La
ruleta de la fortuna y la fantasía” se podrá ver en breve a través de la
plataforma Filmin, así como alguno de sus anteriores y celebrados filmes (en
concreto, “Happy Hour”).
Dentro
del apartado de interpretación, los protagonistas, Hidetoshi Nishijima y Tôko
Miura, destacan sobradamente. Desconocidos para el público occidental, llevan a
cabo unas correctas actuaciones con las que apuntalan la intensidad del mensaje
que se pretende transmitir.
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