viernes, 15 de diciembre de 2023

WONKA



El universo de Roald Dahl ha llamado la atención del Séptimo Arte en reiteradas ocasiones, así como de cineastas de lo más variopinto. “Mi amigo el gigante” de Steven Spielberg, “Fantástico Sr. Fox” de Wes Anderson, “James y el melocotón gigante” de Henry Selick o “Matilda” de Danny DeVito son algunos ejemplos representativos. Pero la obra adaptada en más ocasiones a la gran pantalla es la protagonizada por Willy Wonka. En 1971 se estrenó “Un mundo de fantasía” (“Willy Wonka & the Chocolate Factory”), donde el cómico Gene Wilder daba vida al icónico personaje. En 2005 fue Tim Burton quien dirigió “Charlie y la fábrica de chocolate”, con su actor fetiche, Johnny Depp, encabezando el reparto. Y ahora llega a las carteleras “Wonka”, con Timothée Chalamet asumiendo la compleja tarea de interpretar tan peculiar papel.

Adentrarse en los relatos de Roald Dahl implica una preferencia por la fantasía y un gusto por las recreaciones mágicas y sobrecargadas. De lo contrario, la sobredosis de color, ilusión e imaginación puede resultar empalagosa. Confieso que no es un tipo de cine que me llame especialmente la atención, aunque reconozco que el novelista británico posee una pluma especial para combinar moralejas y creatividad. De hecho, comencé a ver esta tercera versión con bastante recelo. En su momento, Tim Burton me ofreció un prometedor comienzo, pero después me saturó con una propuesta excesivamente desproporcionada, a cargo de colores chillones y decorados utópicos. Este largometraje recién estrenado recae asimismo en idénticas características, si bien con una gracia notable y un sentido imaginativo más apropiado. En cierto modo, me parece la mejor adaptación de cuantas se han rodado hasta la fecha.

Paul King, responsable de “Paddington” y su secuela, se pone al frente de la cámara y afronta un complejo reto del que, a mi juicio, sale indemne. Se trata de una adecuada apuesta dirigida al público infantil durante estas fiestas navideñas, que ofrece un halo divertido y dulce junto a un tono musical pegadizo y con una duración inferior a dos horas muy de agradecer.

Narra la historia de Willy Wonka antes de convertirse en el mayor fabricante de chocolate y caramelos de todo el mundo. Como si de un inventor juvenil se tratase, no tardará en encarnarse en el mago del dulce, con la misión de difundir alegría a través de sus invenciones. Además, su trayectoria se verá marcada por la relación con su familia y por su amistad con un joven huérfano.

El punto fuerte del film estriba en saber mezclar las dosis de ingenio con la esencia infantil, si bien resulta inevitable que en algún momento rebase el límite asumible del caramelo que se ofrece, por otra parte una regla del juego en este tipo de tramas. Cabe asimismo indicar que, tanto la música como las interpretaciones, impulsan el metraje cuando el juego de colores y de ocurrencias imaginativas encallan el avance de tan vitalista propuesta.

Pese a su juventud, Timothée Chalamet posee un envidiable currículum y puede presumir de haber participado en títulos como “Interstellar” o “Lady Bird”, haber sido dirigido por Woody Allen, Denis Villeneuve o Christopher Nolan, y haber interpretado a personajes como Elio en “Call Me by Your Name”. Continuando con su prometedora carrera, estrenará en breve la segunda parte de “Dune”, tras meterse en la piel de Bob Dylan a las órdenes de James Mangold. En “Wonka” se ajusta con habilidad a las necesidades de una actuación compleja.

Le acompañan Kobna Holdbrook-Smith (“Doctor Strange”, “La Liga de la Justicia, de Zack Snyder”), Olivia Colman (ganadora del Oscar por “La favorita” y nominada a la estatuilla por “El padre” y “La hija oscura”), Hugh Grant (“Cuatro bodas y un funeral”, “Love Actually”) y Matt Lucas (“Alicia en el País de las Maravillas”, de Tim Burton y su secuela, “Alicia a través del espejo”).



No hay comentarios: