viernes, 18 de noviembre de 2022

Black Panther: Wakanda Forever



Existen versiones enfrentadas sobre la autoría de la frase “la belleza está en los ojos del que mira”. Algunos se la atribuyen al filósofo escocés David Hume. Otros, sin embargo, se decantan por el escritor irlandés Oscar Wilde. En cualquier caso, la idea apunta a que es el observador quien ensalza o no lo que ve, más que el objeto o el sujeto observado. En el caso que nos ocupa, quizá sea yo quien no vea más con buenos ojos este tipo de películas. Pese a ser un ferviente admirador de la trilogía de Christopher Nolan sobre “Batman”, o de los inicios de Sam Raimi sobre “Spiderman”, el cine de superhéroes ha empezado a dejar de tener interés para mí. Confieso que las productoras me han saturado con tantas superproducciones y han esquilmado la otrora tierra abonada y productiva de los cómics a base de reiteración y reincidencia. Me he cansado y ya no cabe en mis ojos esa predisposición a contemplar la belleza y el entretenimiento que en tiempos acompañaban a este género.

La cinta presenta una correcta factura, aspectos técnicos rigurosos y ritmo e intensidad suficientes, pero a estas alturas no consigo disfrutar en absoluto con estos proyectos, máxime si su metraje se eleva innecesariamente a las casi tres horas de duración. No obstante, no descarto que los partidarios de estos modelos sí lo hagan, atraídos tal vez por el velado homenaje al fallecido  actor Chadwick Boseman y  por el trabajado aspecto visual que se ofrece. Aun así, y para ser honesto, reconozco que me aburrí y que, sobre todo, me percaté a los pocos minutos de lo poco que me importaba el relato.

Tras la muerte del rey T'Challa, la reina Ramonda y sus súbditos luchan por proteger su nación de las potencias mundiales, que aprovechan la debilidad de Wakanda sin Black Panther. Mientras los wakandeses se esfuerzan por afrontar su futuro incierto, un nuevo grupo de héroes y heroínas se unirán para forjar un nuevo destino para su reino. Percibo cierto desorden en el cúmulo de ideas que se pretende transmitir, como si el guion fuese un batiburrillo de propuestas surgidas de forma aleatoria. Cuando te montas en una montaña rusa, lo suyo es dejarse arrastrar. Pero si aspiras a que el espectáculo se alargue durante ciento sesenta minutos, se necesita habilidad para crear una trama, no sólo intensa y atractiva, sin también adictiva y consistente. Y en ese objetivo, obviamente, no se ha acertado.

El film corre a cargo de Ryan Coogler, responsable de la anterior aventura y de “Creed. La leyenda de Rocky”. Cuenta con algunos momentos emotivos y otros, ciertamente trepidantes, si bien ni unos ni otros duran demasiado. Determinados hilos argumentales se pierden, pese a sugerir propósitos elevados y empeño por alcanzarlos. Ignoro si el denominado Universo Marvel planea rodar una tercera e incluso una cuarta parte. Será muy probable, a tenor de su deriva con otros personajes. En todo caso, no creo que yo las visione, de no ser que transcurra tiempo suficiente para desintoxicarme de mi actual sobredosis.

A raíz del fallecimiento de Chadwick Boseman, que dio vida a T'Challa (Black Panther) en la anterior entrega, en uno de los títulos de “Capitán América” y en dos de “Los Vengadores”, ha heredado el protagonismo Letitia Wright, vista recientemente en la versión de Kenneth Branagh de “Muerte en el Nilo” y en la miniserie televisiva de Steve McQueen “Small Axe”. Le acompañan Lupita Nyong'o, ganadora del Oscar por “12 años de esclavitud” y partícipe asimismo de la tercera trilogía temporal de “Star Wars”, y la veterana Angela Bassett (“Contact”, “Días extraños”, “Tina”).



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