sábado, 25 de enero de 2025

LAS VIDAS DE SING SING (Sing Sing)



El tema carcelario ha generado multitud de películas, hasta el punto de constituir casi un género cinematográfico en sí mismo. Desde el drama a la acción y la aventura, títulos como “Cadena perpetua”, “El expreso de medianoche”, “La leyenda del indomable”, “Brubaker”, “Papillon”, “La gran evasión”, “El hombre de Alcatraz”, “El beso de la mujer araña”, “Huracán Carter”, “Pena de muerte” o “El puente sobre el río Kwai” dan una pequeña idea de la variedad de obras en las que la privación de libertad adopta un tratamiento tan singular que la hace merecedora de conformar un subgénero específico. “Sing Sing”, eje central de una de las cintas del año, figura precisamente entre las cárceles más famosas de Estados Unidos.

Al parecer, “Las vidas de Sing Sing” es el primer film estrenado de forma simultánea en las salas de cine y en las prisiones estadounidenses. En 2024 se han rodado varios proyectos calificados de “independientes” que han sobresalido en los listados de nominaciones y premios que ya comienzan a entregarse.  A la “La sustancia” y “Anora” se debe añadir este trabajo dirigido por el prácticamente debutante Greg Kwedar quien, pese a ello, ha logrado llamar la atención por su frescura y su capacidad de transmitir, de forma simple pero íntegra, historias humanas creíbles e interesantes. Incluido por el American Film Institute y por la National Board of Review entre los diez mejores largometrajes de la temporada, ha obtenido hasta este momento una candidatura a los Globos de Oro, tres a los BAFTA y otros tres a los Independent Spirit Awards.

En el día de ayer se conoció quiénes optan a los Premios de la Academia de Hollywood y “Las vidas de Sing Sing” aspira a tres Oscars (Mejor actor protagonista, guion adaptado y canción).

Con un presupuesto de dos millones de dólares (muy exiguo para lo que es habitual en la industria norteamericana), demuestra que las grandes inversiones no siempre resultan necesarias para contar buenas historias. Dudo si el estilo visual y el manejo de la cámara obedecen a esa escasez de presupuesto o, por el contrario, corresponden a una voluntaria decisión narrativa para acercar la filmación a un formato cuasi documental. En cualquier caso, salvados dichos aspectos formales, se trata de un drama carcelario notablemente interpretado y   con un aura muy potente de esperanza.

Sobre el aviso de “basado en una historia real”, en efecto se inspira en un reportaje publicado en la revista “Esquire”, firmado por el periodista John H. Richardson (uno de los tres guionistas del filme). En aquella crónica hablaba de un grupo de teatro donde participaban algunos presos y cómo ese contacto con el arte conseguía apartarlos de sus tragedias personales y, en cierta medida, redimirlos como seres humanos. Reconozco que esta propuesta ha supuesto para mí toda una sorpresa. Modesta y honesta, con un metraje ajustado y una realización rayana en la simplicidad, refleja una meritoria habilidad para comunicar sensaciones y sentimientos. Al margen de manipulaciones artificiales, alcanza a tocar algunas fibras sensibles del público, entreteniéndole por la vía de la emoción.

Encabeza el reparto un destacado Colman Domingo, quien ya fue candidato a la estatuilla dorada de Hollywood por su actuación en “Rustin” y que repite de nuevo la experiencia gracias a esta interpretación.  Ganador de un Emmy por su participación en la serie televisiva “Euphoria”, intervino en papeles secundarios en “El blues de Beale Street”, “Lincoln” y “Ejecución inminente”. Aquí asume el peso actoral con solvencia y eficacia.

Junto a él se encuentra Paul Raci (aspirante también al Oscar como secundario en 2021 por “Sound of Metal”) y actúan numerosos expresidiarios que, durante su encarcelamiento, fueron alumnos de aquel programa educativo vinculado al teatro.




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