viernes, 9 de mayo de 2014

TRES DÍAS PARA MATAR (3 Days to Kill)

Joseph McGinty Nichol, escudado tras las letras McG, es un director norteamericano que, tras sus seis largometrajes estrenados en la gran pantalla, ya no esconde que su vocación no es el cine entendido como concepto tradicional del arte de contar buenas historias a veinticuatro fotogramas por segundo. Estoy convencido de que el mundo de los clips musicales, de los videojuegos, del espectáculo televisivo o incluso del circo, se amolda más al supuesto talento de un realizador que aglutina, a lo sumo, algunas buenas escenas pero ninguna buena película. Debutó con las dos recientes versiones de “Los Ángeles de Charlie”, ambas cintas absolutamente huecas. Pero entre el pseudo envoltorio estridente y moderno para contentar a las nuevas generaciones y la atracción por la melancolía que generaba la serie de televisión de los años setenta a los más veteranos, obtuvo incomprensiblemente un gran éxito de taquilla a nivel mundial. Su último trabajo estrenado hasta la fecha, “Esto es la guerra”, es un insulto a los géneros de comedia y acción a los que supuestamente pertenece y logra hacernos olvidar que, tiempo atrás, la ganadora del Oscar Reese Whiterspoon fue una magnífica actriz. 
Ahora presenta “Tres días para matar” y el principal efecto que provoca es una enorme tristeza al constatar que Kevin Costner se sitúa al frente de su reparto. Ver a este sobresaliente intérprete de títulos míticos de la historia del Séptimo Arte –cuánto me divirtió en “Los intocables de Elliot Ness”, cómo me emocionó y sugestionó en “J.F.K. Caso abierto”- y que fue galardonado con dos estatuillas doradas como director y productor de “Bailando con lobos”, protagonizar este film desnortado y carente de intensidad, constituye un duro golpe para cualquier cinéfilo. Y, pese a ser teóricamente un “thriller”, introduce una serie de tramas familiares que McG no es capaz de encajar en la narración, circunstancia que se añade a que ni la acción ni los personajes están tratados con rigor. 
Cuenta la historia de un agente del Servicio Secreto que afronta su misión final, tras la cual planea retirarse para compartir más tiempo con su hija, a la que apenas conoce. Estamos ante un film huérfano, sin un guión interesante, sin secuencias rodadas con originalidad, sin una narración coherente y sin un montaje ágil. Se ha apostado todo a la supuesta espectacularidad de determinadas escenas y al gancho de las estrellas que integran el elenco, escasa renta para las casi dos horas de proyección. 
Además, la desilusión se acentúa al comprobar que el autor del libreto es Luc Besson, cineasta francés otrora innovador y rompedor pero que, poco a poco, también ha entrado en la senda de la decadencia. En definitiva, ver “Tres días para matar” es un ejercicio desolador para cualquier aficionado al cine, la enésima referencia al ocaso de algunas carreras brillantes y la constatación de que otras jamás despuntarán. Una auténtica pérdida de tiempo. 
Rodada con un presupuesto modesto (menos de treinta millones de dólares) para las cifras que habitualmente maneja McG, ha recuperado la inversión inicial en el mercado norteamericano y centra en la exhibición en el resto de países sus esperanzas para rentabilizar el producto. 
Dos jóvenes promesas acompañan a Kevin Costner en el equipo artístico. Hailee Steinfeld destacó en “Valor de ley”, hasta el punto de recibir una nominación al Oscar. Sin embargo, Amber Heard ha alcanzado cierta repercusión mediática más por su atractivo y sus relaciones sentimentales que por sus méritos profesionales, una tendencia que tampoco variará por lo que a este concreto papel se refiere.

Trailer en castellano



Trailer en versión original



Datos del film
Película: 3 días para matar.
Título original: 3 days to kill.
Dirección: McG.
País: USA. Año: 2014. Género: Acción, drama, thriller.
Interpretación: Kevin Costner, Amber Heard, Hailee Steinfeld, Connie Nielsen, Scott Burn, Richard Sammel, Eriq Ebouaney.
Guion: Luc Besson y Adi Hasak, basada en un argumento de Luc Besson.
Producción: Luc Besson, Adi Hasak, Ryan Kavanaugh, Marc Libert y Virginie Silla.
Música: Guillaume Roussel.
Fotografía: Thierry Arbogast.
Montaje: Audrey Simonaud.
Diseño de producción: Jeremy Cassells y Sébastien Inizan.
Vestuario: Olivier Bériot.


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