En mi opinión, la versión de “Godzilla” estrenada este año es la mejor de todas las protagonizadas por el popular monstruo. Desde luego, resulta muy superior en todos sus aspectos a la dirigida por Ronald Emmerich en 1998, con una gran campaña mediática pero escasa originalidad artística. Aquella cinta se limitaba a apabullar artificiosamente al público a base de alardear con pésimo gusto del presupuesto invertido en sus efectos especiales. Sin embargo, pese al evidente perfeccionamiento técnico y al aumento en la calidad narrativa, el presente film no ha conseguido interesarme en ningún momento. Reconozco sin apenas reparos la contundencia con la que plasma unos desastres de gigantescas dimensiones y unos destrozos desproporcionados. Asimismo, creo que los personajes están incluso mejor perfilados y hasta recreados con más mimo que en los largometrajes precedentes de la saga. Además, el joven realizador británico Gareth Edwards apunta un cierto talento para el género de intriga y acción. Pero, por encima de todo, mi sensación de hartazgo y saturación se impuso y, tras su visionado, me quedó un regusto amargo al constatar una vez más que la originalidad y la valentía de cineastas y productores a la hora de apostar por proyectos novedosos y creativos están en vías de extinción, una circunstancia muy peligrosa cuando se trata de arte.
Echando la vista atrás, el número de segundas, terceras, cuartas o quintas partes que han llegado a las carteleras en los últimos años es preocupante y los próximos estrenos tampoco nos deparan un futuro muy halagüeño. Las secuelas, precuelas y nuevas versiones han tomado las salas de proyección. A todo lo anterior, se añade el hecho de que nunca me he sentido excesivamente atraído por esta criatura de origen japonés pero, al margen de esta realidad, la tendencia de la industria a ofrecer productos similares o prácticamente idénticos, con la única pretensión de obtener beneficios en taquilla resulta muy decepcionante. Mi sensación viendo de nuevo a Godzilla fue de profundo aburrimiento y, ante la enésima ola gigante que arrasa con todo, por muy perfecta que sea la recreación de la calamidad (hace apenas una semana presencié otra en “Pompeya”), terminé pensando: “más de lo mismo”.
He de confesar que lo lamento, ya que Gareth Edwards realiza un esfuerzo loable por sacarle más jugo a la historia. Demuestra habilidad para alcanzar un nivel de tensión en las escenas y, teniendo en cuenta que es su segundo trabajo tras la cámara, no descarto una evolución profesional más que prometedora. Es probable que quienes no hayan visto las demás versiones o sean unos fanáticos de la ciencia ficción se vean satisfechos con el resultado. No es mi caso. Tal vez hubiera disfrutado más de haberla visto hace mucho tiempo, cuando mi saturación no alcanzaba el grado actual.
En el reparto figuran los actores Bryan Lee Cranston -conocido gracias a la serie televisiva “Breaking Bad”-, el japonés Ken Watanabe (“El último samurai”, “Origen”, “Batman Begins”) y el joven Aaron Taylor-Johnson, a quien hemos podido ver en “Salvajes” de Oliver Stone y en las dos partes de “Kick-Ass”. Pero lo más chocante es la participación de la sensacional actriz francesa Juliette Binoche en este proyecto. Ganadora de un Oscar por “El paciente inglés” y responsable de interpretaciones tan magistrales como las de “Tres colores: Azul”, “Herida” o “Copia certificada”, desentona en “Godzilla”. O, mejor dicho, “Godzilla” desentona en Juliette Binoche.
Trailer en castellano
Trailer en versión original
Datos del film
Película: Godzilla (2014)
Dirección: Gareth Edwards.
País: USA. Año: 2014. Género: Acción, ciencia-ficción.
Interpretación: Aaron Johnson, Elizabeth Olsen, Bryan Cranston, Juliette Binoche, David Strathairn, Ken Watanabe, Sally Hawkins.
Guion: Max Borenstein, Frank Darabont y Dave Callaham.
Producción: Thomas Tull, Jon Jashni, Mary Parent y Brian Rogers.
Fotografía: Seamus McGarvey.
Montaje: Jim May.
Dirección: Gareth Edwards.
País: USA. Año: 2014. Género: Acción, ciencia-ficción.
Interpretación: Aaron Johnson, Elizabeth Olsen, Bryan Cranston, Juliette Binoche, David Strathairn, Ken Watanabe, Sally Hawkins.
Guion: Max Borenstein, Frank Darabont y Dave Callaham.
Producción: Thomas Tull, Jon Jashni, Mary Parent y Brian Rogers.
Fotografía: Seamus McGarvey.
Montaje: Jim May.
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