El cuento para adultos es una modalidad cinematográfica que entraña muchos riesgos. El peligro de pasar de lo sentimental a lo cursi, de lo fantasioso a lo ridículo o de lo tierno a lo empalagoso es muy evidente. Por cada obra de estas características que ha calado hondo en millones de espectadores, centenares han fracasado. Hubo una época en la que el realizador Tim Burton fue un verdadero genio del género. Tanto “Eduardo Manostijeras” como “Big Fish” son ejemplos de cómo lo irreal puede llegar a tener sentido y de cómo lo mágico puede aliarse con el romanticismo para construir películas especiales que, con el paso de los años, se han convertido en clásicos y en referentes (como el famoso film protagonizado por Johnny Depp y Winona Ryder) de buena parte de una generación. Pero no dejan de ser excepciones a la regla general que integra una mayoría de largometrajes que no pasan de ser una concatenación de escenas que, aisladamente, pueden resultar tiernas y emotivas pero que, en su conjunto, sólo son aptas para los amantes de lo dulzón.
“La extraña vida de Timothy Green” cuenta la historia de unos padres que, incapaces de tener descendencia, deciden apuntar en hojitas de papel las características que desearían para ese hijo que nunca llegará. Introducen sus deseos en una caja y la entierran en el jardín. A la mañana siguiente descubren que, como si de una planta se tratase, ha germinado un niño ya crecidito que responde a todas las expectativas de sus progenitores, aunque con un detalle adicional: le crecen hojas en los pies. A partir de ahí, se suceden un serie de secuencias dramáticas, enternecedoras, bonitas, educativas y familiares que, si pudieran visionarse por separado, tal vez obtendrían la aprobación del público pero que, vistas de continuo, rebasan las dosis de edulcorante recomendadas para este tipo de producciones. De hecho, sorprende que la Disney, que suele incluir a malvados muy destacados en sus títulos de animación infantil, haya apostado por este relato. Incluso circula por Youtube un video con millones de visitas en el que se refleja la reacción de algunos niños que lloran amargamente al terminar la proyección de la cinta.
No dudo de las loables intenciones que transmite el film.
Tampoco de que numerosas personas busquen precisamente ese cúmulo de buenos sentimientos cuando acuden a las salas de cine. Probablemente para ellas se tratará de una experiencia muy positiva pero, para mí, el resultado final es fallido y se sumará a esa lista de platos que no podrán calificarse de selectos porque se han cocinado con ingredientes usados.
El director Peter Hedges, que debutó en la realización con la interesante “Retratos de Abril” aunque saltó a la fama como guionista de la muy divertida y recomendable “Un niño grande” -recibiendo por ello una nominación al Oscar- es el responsable del rodaje. Entre los actores que forman parte del reparto se encuentran Jennifer Garner y Joel Edgerton, que dan vida a los padres del protagonista. Ella ha destacado más en el medio televisivo gracias a series como “Felicity” o “Alias”, mientras que sus trabajos más relevantes para la gran pantalla se han limitado a pequeños papeles en cintas como “Atrápame si puedes” o “Juno”. Él, por su parte, cuenta en su filmografía con modestas participaciones en algunos títulos de acción como “Warrior”, “El Rey Arturo” o la última versión de “La cosa”. El niño C.J. Adams debuta en la profesión con este personaje.
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Datos del film
Película: La extraña vida de Timothy Green. Título original: The odd life of Timothy Green.Trailer en castellano
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Datos del film
Dirección: Peter Hedges.
País: USA. Año: 2012. Género: Comedia dramática, fantástico.
Interpretación: Jennifer Garner, Joel Edgerton, Ron Livingston, Rosemarie DeWitt, Cameron Adams.
Guion: Peter Hedges; basado en un argumento de Ahmet Zappa.
Producción: Scott Sanders, James Whitaker y Ahmet Zappa.
Fotografía: John Toll.
Montaje: Andrew Mondshein.
Diseño de producción: Wynn Thomas.
Vestuario: Susie DeSanto.
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