Puedo entender el gancho comercial de una pareja tan popular como la formada por Will Smith y Martin Lawrence. Su importante capacidad cómica y su innegable acople humorístico resultan idóneos a la hora de ofrecer diálogos ingeniosos y gestos hilarantes para provocar la sonrisa de los espectadores. Los logros de ambos en el género de la comedia son notorios y reconocidos, si bien yo me decanto más por Smith que por Lawrence, ya que éste último, con independencia de sus dotes para la broma y la risa, se inclina por rodar unas cintas más simplonas. Sus trabajos en “Esta abuela es un peligro” y su secuela dan la medida del humor básico y poco elaborado en el que se ha especializado. De hecho, es justo reconocer que esta tercera entrega de la saga de “Dos policías rebeldes” exprime esa clase de materia prima y ofrece al público el tipo de entretenimiento que cabe esperar de ellos.
El problema estriba en que los chistes sólo sirven para contadas escenas y las muecas divertidas, para un par de secuencias más pero, para un metraje superior a dos horas, la oferta no es suficiente. No obstante, se intenta rellenar ese vacío recurriendo al mismo estilo macarra y hortera de sus antecesoras y a muchos millones de dólares invertidos en tomas de acción que reflejen espectaculares explosiones, persecuciones y tiroteos. A ello se añade el anzuelo de los coches de lujo, el soleado Miami, una fotografía colorida, un estilo narrativo más propio de un videoclip musical y alguna chica mona, y consideran que ya cuentan con bastante material para cubrir con holgura el expediente.
Quizás a no pocos espectadores los anteriores ingredientes les basten para pasar un buen rato y amortizar el dinero de la entrada. En ese sentido, “Bad Boys for Life” hará las delicias de esos aficionados que acudan a la sala de proyección con unos enormes cubos de palomitas y dispuestos a disfrutar con el desenfreno y las ocurrencias de tan singulares policías. Sin embargo para otros perfiles (entre los que me incluyo), la mayor parte del metraje les parecerá hueca, artificial y sin sustancia, construida sobre los cimientos de los anteriores éxitos y la popularidad de sus actores principales. Salvo por la huella del transcurso de los años sobre sus dos estrellas, hasta se hubiesen podido utilizar filmaciones desechadas de la segunda parte para completar esta tercera. Nos hallamos, pues, ante un producto meramente comercial ideado para ganar dinero. Detrás no existe un cineasta, ni un guionista con una historia que contar, ni tampoco una motivación artística como motor de la narración. Ni siquiera presenta una idea original para entretener o transmitir emociones. Carece de una trama sólida que genere intriga y suspense o que electrice con su ritmo. Todo se fía a mostrar sobre el escenario a la graciosa pareja, con la seguridad de que, añadiendo idénticos ingredientes, se lograrán idénticos beneficios.
El tándem de directores belgas que integran Bilall Fallah y Adil El Arbi se sitúa detrás de las cámaras y, desde luego, no aporta nada nuevo ni en cuanto a estilo ni en cuanto a evolución de la saga. La muletilla del paso del tiempo se usa más a modo de “gag” que como vía de progreso de los personajes y la cruda realidad es que ya no hay más argumentos para alargar este serial. Con tres entregas basta (mejor dicho, la tercera sobra). No cuela que sigan presentándose como policías rebeldes. Como mucho, serían rebeldes sin causa. Bien es cierto que, al menos, nadie podrá decir que se haya llevado una sorpresa después de ver la película. Quien acude al pase de “Bad Boys for Life” recibe lo que espera. En algunos casos, mucho. En otros, no tanto. Pero la sorpresa o la desilusión quedan fuera de la ecuación.
En mi opinión, Will Smith es un buen actor y sus interpretaciones en “Ali”, “Buscando la felicidad”, “La leyenda de Bagger Vance” o “Seis grados de separación” lo atestiguan. Solvente como héroe de acción y efectivo como comediante, se muestra versátil y con recursos para encandilar a un público muy variado. Lo positivo de este largometraje, sin duda, se vincula a su participación. Martin Lawrence, más limitado como intérprete, le va a la zaga en todos los sentidos. Junto a ellos aparece Vanessa Hudgens (otrora chica Disney en “High School Musical”) y hacen sus pinitos como actores el director y productor Michael Bay y la modelo Emily Towles.
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Datos del filme
Año: 2020
Duración: 123 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Bilall Fallah, Adil El Arbi
Guion: Joe Carnahan, George Gallo, David Guggenheim, Anthony Tambakis, Chris Bremner
Música: Lorne Balfe
Fotografía: Benoît Debie
Reparto: Will Smith, Martin Lawrence, Vanessa Hudgens, Kate del Castillo, Paola Nuñez
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