Se cumple este mes el vigésimo quinto aniversario del estreno de "Thelma y Louise", road movie de 1991, ideada y escrita por Callie Khouri, y dirigida por Ridley Scott, con Geena Davis interpretando el papel de Thelma y Susan Sarandon, el de Louise. Les acompañan en el reparto Harvey Keitel -el detective que investiga los crímenes de las dos fugitivas-, Michael Madsen -el novio de Louise-, Christopher McDonald -el marido de Thelma- y Brad Pitt -el ladrón que engaña a las dos mujeres- en su primer trabajo relevante en Hollywood.
Se estrenó en el Festival de Cannes del citado año y desembarcó posteriormente en las salas de proyección de Estados Unidos. La cinta obtuvo seis nominaciones a los Oscar -incluyendo director, actrices principales y guión original (que finalmente consiguió)-. Optó asimismo a cuatro Globos de Oro, entre ellos el de mejor película.
Thelma (Geena Davis) es ama de casa. Su filosofía consiste en dejar las cosas como están. En realidad, su vida no está mal, aunque resulta terriblemente aburrida y nada gratificante. Darryl, su marido, detestable y machista, la trata como a una niña más que como a una esposa. Louise (Susan Sarandon) es camarera y cree que cada uno tiene lo que se busca. Lleva una vida enloquecida y frustrante y su novio, Jimmy, es de los que no quieren asumir compromisos. Las dos mujeres, cansadas de la situación en la que viven, deciden "liarse la manta a la cabeza" y tomarse unas improvisadas vacaciones. Pero desde la primera noche de libertad, su destino se presenta complicado y tumultuoso.
La cinta se convirtió en poco tiempo en un largometraje de culto, pasando a la Historia del Séptimo Arte como una muestra emblemática e inclasificable que mezcla diversos géneros. El Ford Thunderbird de 1966 verde descapotable de Louise ocupa un lugar importante en el relato. Es el coche que les permite viajar el fin de semana a las montañas y también el que les lleva a su fatal desenlace. Su última escena sorprende por la ruptura que representa en relación con el «final feliz» habitual. En la persecución, una vez habiendo perdido momentáneamente de vista los coches de Policía, Louise detiene el vehículo al borde del Gran Cañón del Colorado, ante un precipicio. De pronto, aparece un helicóptero desde el fondo del desfiladero, mientras que las Fuerzas del Orden obstaculizan su retirada, apuntándolas con sus fusiles y dándoles la orden de rendirse. En ese momento, tiene lugar el siguiente diálogo:
Thelma: Oye, Louise, no nos dejemos coger.
Louise: ¿Qué quieres decir con eso?
Thelma: ¡Sigamos adelante!
Louise: ¿Pero qué dices?
Thelma (indicando la dirección del cañón): ¡Vamos!
Louise (esbozando una sonrisa): ¿Estás segura?
Thelma: ¡Sí!
Thelma: Sí...
Louise besa a Thelma y arranca el coche.
Escenas de la película
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