M. Night Shyamalan aspira a resurgir de sus cenizas. Poco quedaba ya del prometedor, inquietante y efectivo director de origen hindú después de la decepcionante “After Earth” -aquella película infantil con ínfulas de trascendencia que terminó provocando hastío-, la sorprendente “Airbender” -no tanto por su originalidad como por el radical cambio de rumbo cinematográfico, que cogió a todos sus fans por sorpresa- o las irregulares “Señales”, “El bosque”, “La joven del agua” y “El incidente” -en las que, si bien reveló cierta maestría narrativa en el suspense, no terminó de dar con la tecla adecuada a la hora de construir historias sólidas-.
Es preciso remontarse más de tres lustros para hallar sus mejores trabajos. En 1999 dirigió “El sexto sentido”, cinta que le proporcionó dos nominaciones al Oscar (mejor dirección y mejor guion) y con la que alcanzó un éxito internacional sin precedentes. Un año después rodó “El protegido”, otro sensacional largometraje que, como su predecesor, alcanzaba un elevado nivel de tensión y un considerable grado de intensidad, gracias a un estilo dramático y pausado que rozaba la lentitud narrativa, alejándose por completo de los thrillers convencionales, sometidos por regla general a unas enormes dosis de acción desenfrenada.
Ahora presenta “La visita” y, si bien hace una apuesta decidida por retomar la senda del cine de terror, no retorna del todo a sus orígenes, aunque mejora sustancialmente el resultado de sus últimos trabajos. En este camino de regreso vuelve a perderse de nuevo, filmando un título más cercano a la línea de otros como “Insidious”, “Sinester”, “Paranormal Activity” o “Ouija” -con los que, por cierto, comparte algunos miembros del equipo de producción- y, por tanto, lejos de su toque personal. Así se desprende del ritmo de la narración, de la forma de tratar a los personajes, del modo de entrelazar el thriller con el drama y de la elección del final. Poco o nada hay en él de “El sexto sentido” ni de “El protegido”, aunque el pronunciado declive que presentaba la carrera de Shyamalan se ha atemperado y parece reconducirse, pero sin garantizar el regreso a aquel magnífico punto de partida.
Una pareja de hermanos es enviada a una remota granja para pasar una semana con sus abuelos. La felicidad y cordialidad iniciales entre los miembros de la familia irá dando paso, primero a cierta incredulidad y, después, a una sensación de pánico, cuando los nietos descubran que los ancianos están involucrados en una serie de asuntos inquietantes. Su pretensión de volver al hogar paterno se verá frenada por las escasas posibilidades de huida.
Rodada con apenas cinco millones de euros -un presupuesto ínfimo en comparación con los habituales en este tipo de producciones-, “La visita” agradará a los aficionados al terror y, aunque el listón de la intriga oscila a lo largo de la proyección y se recurre a demasiados trucos un tanto manidos para generar tensión, cubre en conjunto las mínimas expectativas de los espectadores de este género. Por ello, cabe confiar en una recuperación profesional del cineasta a partir de este último estreno.
En el reparto no figuran nombres demasiado conocidos para el gran público, siendo Peter McRobbie -secundario en “Lincoln”, “Spiderman 2” y “Brokeback Mountain”- y Kathryn Hall -“Tomorrowland”, “La vida secreta de Walter Mitty”, “Cómo perder a un chico en diez días”- los integrantes más destacados del elenco.
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Datos del film
Título original: The visit.
Dirección y guion: M. Night Shyamalan.
País: USA. Año: 2015. Duración: 94 min. Género: Terror.
Interpretación: Kathryn Hahn, Deanna Dunagan, Peter McRobbie, Ed Oxenbould, Olivia DeJonge.
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