martes, 17 de diciembre de 2013

EL HOBBIT: LA DESOLACIÓN DE SMAUG (The Hobbit: The Desolation of Smaug)


Cuando estudiaba en el instituto me regalaron “El señor de los anillos” y en un principio me afané en su lectura con ilusión, alentado por el mito que rodeaba a la novela. Pero, sin entrar a discutir su innegable nivel literario y su encomiable labor creativa, terminé por perderme en sus interminables páginas, en su variedad de criaturas y en una trama que, pese a su pretensión de trascendencia, ni me cautivó ni me interesó. Cuando varios lustros después de mi primer y fracasado intento de adentrarme en este universo de Hobbits, Elfos, Enanos y Maiars, Peter Jackson decidió llevarla a la gran pantalla, también acudí a la sala de proyección con la mejor de las predisposiciones. Como buen amante del cine, vi la trilogía al completo pero me dejó similar sensación que los libros en los que se basa. Más de quinientos cincuenta minutos en los que reconozco grandes méritos artísticos y técnicos pero cuya historia, personajes y estilo narrativo se me atragantan irremediablemente. 
No voy a discutir ninguno de los diecisiete Oscar, ni de los diez BAFTA, ni de los cuatro Globos de Oro que recayeron en la saga en su conjunto. Es más, reitero y amplifico mis alabanzas por lo respecta a diseño de producción, decorados, fotografía, vestuario, sonido y efectos especiales. Me descubro ante el realizador neozelandés por su precisión a la hora de recrear un mundo tan complejo y por su exceso de celo en la puesta en escena pero soy incapaz de ir más allá. La triste realidad es que no termina ni de emocionarme ni de entretenerme. No conecto con los personajes y me quedo únicamente en el aplauso visual y técnico, sin descartar que esta actitud sea un defecto mío. 
No obstante, puedo comprender que otros espectadores sí lleguen a conmoverse con el relato, incluso hasta a interactuar con él y con sus protagonistas. Para ellos, al exquisito mimo de la producción se añade una implicación emocional de la que yo carezco y, por lo tanto, consideran que están delante de un proyecto sobresaliente y de visión obligada. Cuando me enteré de que Jackson también sería el responsable de “El Hobbit” (narración anterior a “El señor de los anillos” y de la que ésta hereda una buena parte de sus personajes y ambientes) pensé que yo estaría abocado a repetir experiencia y no me he equivocado. Una vez más, el cineasta ha rodado la adaptación literaria en tres partes, de las cuales ha estrenado dos y tiene prevista la llegada de la tercera a las pantallas el próximo año. Casi tres horas de duración por cada entrega y, de nuevo, un espectáculo visual, técnico y artístico sobresaliente para una fábula que me es demasiado extraña, para un argumento sobre la base de conjuros mágicos y de diversas especies de seres vivos que, francamente, me sobrepasa. 
Aun así, invito a quienes se sientan sugestionados por este tipo de historias a que vayan a verla porque no encontrarán una producción cinematográfica más acertada que esta apuesta de Peter Jackson.

Trailer en castellano

Trailer en versión original

Datos del film:
Película: El hobbit: La desolación de Smaug.
Título original: The hobbit: The desolation of Smaug.
Dirección: Peter Jackson.
Países: USA y Nueva Zelanda. Año: 2013. Duración: 161 min. Género: Aventuras, fantástico.
Interpretación: Martin Freeman (Bilbo Bolsón), Ian McKellen (Gandalf el Gris), Richard Armitage (Thorin, Escudo de Roble), Cate Blanchett (Galadriel), Andy Serkis (Gollum), Luke Evans (Bardo), Lee Pace (Thranduil), Orlando Bloom (Legolas), Evangeline Lilly (Tauriel), Stephen Fry (gobernador de Ciudad del Lago), Mikael Persbrandt (Beorn).
Guion: Peter Jackson, Guillermo del Toro, Philippa Boyens y Fran Walsh; basado en el libro de J.R.R. Tolkien.
Producción: Peter Jackson, Carolynne Cunningham, Zane Weiner y Fran Walsh.
Música: Howard Shore.
Fotografía: Andrew Lesnie.
Montaje: Jabez Olssen.
Diseño de producción: Dan Hennah.
Vestuario: Bob Buck, Ann Maskrey y Richard Taylor.

2 comentarios:

Ki___wi dijo...

Conmoverse no creo que conmueva a (casi)nadie, tampoco lo pretende, pero entretener y asombrar lo logra holgadamente.

Saludo.

Gerardo Pérez Sánchez dijo...

Reconozco el impacto visual y la perfección técnica. Sin embargo, para mí, el lograr mantener mi interés tras cinco (larguísimas) películas, requeriría algo más, una historia que me enganche, unos personajes interesantes, y ahí en donde no me termina de llenar