En el año 2002 se estrenó con gran éxito la película La edad de hielo, lo que contribuyó a romper la hegemonía que las productoras Pixar y Dreamworks ostentaban en el terreno del cine de animación de los últimos años. Los responsables de aquel logro fueron el norteamericano Chris Wedge y el brasileño Carlos Saldanha. El primero comenzó su brillante andadura en el género obteniendo un Oscar al mejor cortometraje de animación en 1999 mientras que los inicios de Saldanha al frente de los efectos especiales de films como El club de la lucha derivaron finalmente en una dedicación plena al dibujo animado. Ambos profesionales se aliaron, logrando el reconocimiento unánime a su labor tanto por parte de la crítica como del público. La cinta La edad de hielo se convirtió así en un producto sumamente recomendable para todas las familias, de tal manera que niños y adultos podían disfrutar al mismo tiempo de entrañables personajes y de diálogos muy divertidos. Se trataba de una comedia en el más amplio sentido del término, y su calidad indiscutible fue recompensada con una nominación de la Academia de Hollywood al mejor largometraje de animación de aquella edición. Más tarde, el tándem Wedge-Saldanha firmó una nueva colaboración con el lanzamiento de Robots que, a pesar de su inferior nivel, consiguió buenos resultados en taquilla y consolidó tanto el asentamiento de sus respectivas carreras como su posición en la industria del cine. Todos esos datos hacían presagiar el rodaje de una segunda e incluso de una tercera partes, contribuyendo al auge del cine de animación que inició la productora Walt Disney a finales de los ochenta y acabando con décadas de sequía en dicho género cinematográfico.
Ahora el realizador brasileño estrena Río, donde cuenta las aventuras de un guacamayo que deja atrás su vida de enjaulado para viajar a Río de Janeiro. Al ave le ocurren innumerables aventuras, siendo secuestrada por unos delincuentes debido a su elevado valor económico por ser una especie en extinción. Se trata de un proyecto cuya esencia cómica le hace altamente recomendable para el público infantil, sin olvidar que los adultos pueden también disfrutar en ocasiones. En atención a su calidad, se sitúa entre los grandes títulos de animación, incluidos prácticamente todos los de la factoría Pixar, los mejores musicales de la Disney y la propia Ice Age, además de los numerosos largometrajes de dibujos que han proliferado en nuestras pantallas a lo largo de los últimos meses. Es una buena opción para pasar un rato agradable (apenas dura noventa minutos) ya que logra entretener con su llamativo colorido y con sus divertidos personajes pero queda lejos de las obras maestras de este tipo de cine.
En la versión original, algunos reconocidos intérpretes como Anne Hathaway, Jesse Eisenberg (el protagonista de La red social) o Jamie Foxx prestan su voz a los protagonistas de la historia. Sin embargo, en España esta misión se ha encargado a varios profesionales del doblaje.
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