El cine de animación ha evolucionado de una forma tan sorprendente en las últimas décadas que ha dejado de ser una modalidad exclusivamente infantil para terminar convenciendo también a un amplio público de todas las edades. A través de diferentes fórmulas (más cómicas, más musicales, más aventureras, más emotivas…), ya no es aquel espectáculo dirigido sobre todo a los más pequeños y actualmente capta a un sector de espectadores mucho más numeroso. Los guiones han ganado en ingenio y brillantez, la realización en precisión y, en general, las historias han madurado para competir en intensidad con las cintas de acción y aventuras.
En consecuencia, las recaudaciones han aumentado hasta equipararse en condiciones prácticamente de igualdad con el resto de producciones artísticas. De hecho, hasta hace pocas semanas, la película más taquillera de 2014 en Estados Unidos era “LEGO The Movie”, cima que le acaba de arrebatar la reciente versión de “Capitán América”. Incluso la Academia de Hollywood evidenció esta tendencia desde 2002, introduciendo dentro de los premios Oscar la nueva categoría de mejor largometraje de animación.
En ese progreso de los dibujos animados, la productora por excelencia -The Walt Disney Company- quedó relegada a un segundo puesto en beneficio de una joven y triunfadora compañía -Pixar Animations Studios- y, en general, del resto de sus competidoras. En un intento de recuperar su primacía, la empresa del ratón más célebre del celuloide compró a su principal contrincante y, pese a seguir centrando sus grandes proyectos en la imagen real, ahora intenta volver a ocupar el trono para los amantes del subgénero.
En su política de reconquista del terreno perdido, estrenó el pasado año los largometrajes “Frozen” y “Aviones”. El primero fue un rotundo éxito, hasta el punto de alzarse como el título más taquillero de la historia de la animación. Sin embargo, el segundo obtuvo unos resultados bastante más modestos. Si uno recaudó cuatrocientos millones en Norteamérica y más de mil doscientos a nivel mundial, el otro alcanzó los noventa en el mercado local y los doscientos en el internacional.
Ahora llega a la cartelera su segunda parte, “Aviones: Equipo de Rescate”, que tiende a reencontrarse de nuevo con ese tono más infantil y clásico de la modalidad.
Su director es Roberts Gannaway, debutante en la gran pantalla pero con una larga trayectoria televisiva en series como “House of Mouse” y “Timon y Pumba”. Cuenta la historia de Dusty, un avión que padece de miedo a las alturas. Esta segunda entrega se centra en un equipo de aviones de bomberos cuya misión es proteger de un terrible incendio a un Parque Nacional. Los aeroplanos se jugarán la vida para extinguirlo y Dusty se dará cuenta de lo que cuesta ser un héroe de verdad.
Un guión muy educativo y una trama ágil y entretenida harán las delicias de los más menudos, pero me temo que no gustará tanto como las anteriores a los jóvenes y a los adultos.
El tipo de humor y el perfil de los personajes se han diseñado pensando en un público muy concreto, por lo que a buen seguro obtendrá unos resultados tan discretos como los de su predecesora. Pero aunque no llegue a considerarse un gran éxito, los padres que acudan a las salas de proyección con sus hijos más pequeños les verán disfrutar de un digno espectáculo, especialmente si se decantan por la opción de las tres dimensiones.
Trailer en castellano
Trailer en versión original
Datos del film:
Título original: Planes: Fire & rescue.
Dirección: Roberts Gannaway.
País: USA. Año: 2014. Género: Animación, aventuras, comedia.
Guion: Jeffrey M. Howard.
Producción: Ferrel Barron.
Música: Mark Mancina.
Diseño de producción: Toby Wilson.
Distribuidora: The Walt Disney Company Spain.
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