viernes, 24 de octubre de 2025

EDÉN



Ron Howard es un polifacético y prolífico director, productor, guionista y actor estadounidense. Siendo todavía un niño, comenzó su actividad como intérprete en series de televisión y, hasta la fecha, ha ganado dos Oscars, un Globo de Oro, tres Emmys e, incluso, un Grammy de la industria musical. La lista de producciones en las que ha colaborado resulta interminable y, obviamente siendo tan extensa, reúne de todo, desde excelentes cintas como “Una mente maravillosa” o “Apolo 13” a buenas películas como “El desafío: Frost contra Nixon” o “Cinderella Man”, pasando por algunas más prescindibles. En los últimos tiempos viene estrenando sus trabajos en plataformas -por ejemplo, en 2020 en Netflix, “Hillbilly, una elegía rural” (curioso biopic del actual Vicepresidente de los Estados Unidos, J.D. Vance), “Trece vidas” en 2022 en Amazon Prime y, ahora, “Edén”, repitiendo en Amazon.

Este último se sitúa dentro de sus proyectos menos interesantes, pese a una correcta producción técnica, un guion con algo de intensidad e interés, y un destacado equipo artístico. Aun así, el regusto final se torna más bien decepcionante, sobre todo comparado con sus grandes obras y con las expectativas que genera una figura de su categoría cada vez que regresa a las carteleras. Se nota demasiado la artificialidad del producto, en ocasiones forzado, y a cargo de una narrativa cercana al telefilme.  La historia engancha al principio y el elenco de estrellas actúa como anzuelo adecuado. Sin embargo, conforme la proyección avanza, se manifiesta cierta mediocridad global.  

Impulsados por unas profundas ganas de cambio, un grupo de personas abandona sus vidas y corta todo lazo con la sociedad, para recomenzar en un aislado paraje de las Islas Galápagos. Buscan libertad, autenticidad y pureza existencial, pero, nada más llegar a su paradisíaco destino, descubrirán la imposibilidad de alcanzar esa utopía soñada. Los desafíos naturales y los conflictos personales transforman su supuesto edén en un desafío muy duro, y la pretendida búsqueda de armonía deriva en un reto de resistencia física y emocional.

A mi juicio, sobra metraje, el mensaje que transmite se subraya en exceso y se percibe falta de naturalidad en el desarrollo del relato. No obstante, la tensión en la trama y los rostros conocidos que intervienen en ella hacen llevadera una propuesta que, probablemente, debería haber recaído en distintas manos.

Sea como fuere, no cabe negar a Howard su habilidad a la hora de formar un ramillete de nombres de primer nivel para esta aventura. Jude Law, dos veces nominado a la estatuilla dorada de Hollywood por sus actuaciones en “El talento de Mr. Ripley” y “Cold Mountain”, y con otras fantásticas aportaciones al cine (“Closer”, “Gattaca”, “Enemigo a las puertas”, “Camino a la perdición”, “El aviador”), mantiene aquí un nivel meramente aceptable, a sabiendas de que puede dar mucho más de sí. Le acompaña Ana de Armas, candidata también al premio de la Academia por su recreación de Marilyn Monroe en “Blonde”, chica Bond en “Sin tiempo para morir” y personaje icónico en “Blade Runner 2049”. Junto a ellos participa Vanessa Kirby (nominada al Oscar por “Fragmentos de una mujer”, integrante de sagas como “Misión imposible” o “Fast & Furious” y de comedias románticas como “Antes de ti” o “Una cuestión de tiempo”), Daniel Brühl (“¡Good Bye, Lenin!”, “Capitán América: Civil War”, “Malditos bastardos”) y Sydney Sweeney (de las televisivas “Euphoria” o “The White Lotus”, y vista en “Cualquiera menos tú” o “Madame Web”).

En mi opinión, demasiado talento desaprovechado, aunque, a tenor de los títulos de crédito, existe más que de sobra. Quizás en otra ocasión.




miércoles, 22 de octubre de 2025

PALMARÉS DEL FESTIVAL DE CINE DE LONDRES 2025



La 69ª edición del BFI London Film Festival reconoció a "Nuestra tierra" de Lucrecia Martel con el premio a Mejor Película. "The Travelers", "One Woman One Bra" y "Coyotes" completan la lista de ganadores en documental, ópera prima y cortometraje.

Ganadores del BFI London Film Festival 2025

Mejor Película (Official Competition): Nuestra tierra (Landmarks), dirigida por Lucrecia Martel (Argentina)

Mejor Documental (Grierson Award): The Travelers (Les Voyageurs), dirigida por David Bingong (Camerún)

Mejor Ópera Prima (Sutherland Award): One Woman One Bra, dirigida por Vincho Nchogu (Kenia)

Mejor Cortometraje (Short Film Award): Coyotes, dirigida por Said Zagha (Palestina)

Mención Especial del Jurado (Documental): Always, dirigida por Deming Chen (China)


viernes, 17 de octubre de 2025

UNA CASA LLENA DE DINAMITA (A House of Dynamite)



Kathryn Bigelow es una sobresaliente cineasta cuya filmografía se compone de largometrajes muy destacados, caracterizados por su elevado nivel de ritmo e intensidad. Única mujer que ha obtenido un Oscar en la categoría a la mejor dirección, cuenta también con otra estatuilla como productora. Títulos como “Le llaman Bodhi”, “Días extraños”, “En tierra hostil” o “La noche más oscura” demuestran su habilidad para rodar temáticas plenas de potencia y actividad. Su presencia detrás de los focos resulta una garantía, tanto en la guía de actores como en las puestas en escena. Maneja muy bien la cámara y algunas secuencias de sus películas constituyen verdaderas lecciones de cine, sobre todo en los géneros del thriller y la acción.

Ahora estrena “Una casa llena de dinamita”, en mi opinión, la mejor cinta que he visto hasta la fecha entre las propuestas que aspiran a ocupar las listas de nominaciones y premios en la próxima temporada de ceremonias cinematográficas. Un gran suspense y una rigurosa narración conducen durante algo menos de dos horas a un viaje vibrante e hipnótico. Se trata de una de esas proyecciones que se hacen cortas, sensación cada vez menos frecuente, al menos en mi caso. En definitiva, puro cine y pura intensidad narrativa, pese a su estética documental.

Cuando un misil de origen desconocido es lanzado contra Estados Unidos, la Casa Blanca entra en estado de emergencia. Se activa una carrera contrarreloj en las altas esferas del Gobierno para identificar al autor del ataque, evitar una escalada global y decidir la respuesta adecuada. En medio de tensiones políticas, presiones militares y temor a una guerra inminente, cada decisión puede conllevar consecuencias irreversibles. La amenaza invisible pone a prueba el liderazgo, la diplomacia y la estabilidad mundial.

Más allá de las lecciones susceptibles de extraerse y de la actualidad de la temática abordada, el film ofrece un enorme grado de entretenimiento, revestido de una escenografía y de una narración vigorosas. Original y creíble, reinventa un género que reúne varios títulos de corte similar. Obviamente, atraerá en mayor medida a los aficionados a la intriga política, el suspense y el realismo como vías para transmitir el relato. En ese caso, esta es, sin duda, su película.

Se proyectó por vez primera en el pasado Festival de Cine de Venecia, recibiendo una entusiasta acogida, y ya emprende su exhibición en salas. En breve, podrá verse también en la plataforma Netflix, aunque las sensaciones de los espectadores se multiplicarán en la pantalla grande. Por lo que a mí respecta, llevaba largo tiempo sin salir tan satisfecho de un visionado y considero que Kathryn Bigelow y su equipo merecen reconocimiento y aplauso de modo incuestionable.

Tanto el director de fotografía Barry Ackroyd (candidato al premio dorado de la Academia de Hollywood por “En tierra hostil”) como el editor Kirk Baxter (ganador de dos de ellos por “La red social” y “Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres”) llevan a cabo, asimismo, un gran trabajo.

Figuran dentro del equipo artístico Idris Elba (“Beasts of No Nation”, “Molly´s Game”, “Mandela: del mito al hombre”), Rebecca Ferguson (participante en la saga “Misión Imposible”, “Dune” de Denis Villeneuve y “El gran showman”), Gabriel Basso (“Super 8”; Hillbilly, una elegía rural”), Tracy Letts (“Lady Bird”, “Le Mans ´66”, “Los archivos del Pentágono”) o Jason Clarke (“La noche más oscura”, “Oppenheimer”, “El día que vendrá”). Todos encajan a la perfección en este reparto coral.

Con una estética casi documental, pero un espíritu del mejor cine de ficción, “Una casa llena de dinamita” logra con holgura sus propósitos. Desde luego, mantener al público en constante tensión y resultar de su agrado, ya es de por sí importante. Pero, yendo más allá, sirve para tomar conciencia del mundo en el que vivimos y de la línea cada día más difusa que separa realidad y fantasía.