En 2022
el cineasta danés Christian Tafdrup dirigió una película cuyo título original
era “Gæsterne”, pero que a nivel internacional se comercializó como “Speak No
Evil”. Aunque no la he visto, me consta que obtuvo cierta repercusión en el
Festival de Cine de Sitges. Apenas dos años después, el realizador James
Watkins ha decidido adaptar el citado film desde una visión más anglosajona. Ahora,
pues, llega a las pantallas “No hables con extraños” (de nuevo, “Speak No Evil”).
Esta tendencia de rodar en distinto país largometrajes procedentes de otras
naciones o culturas me ha llamado siempre la atención. Más allá del poderío y
la capacidad superior de difusión con los que cuentan unas industrias
cinematográficas frente a otras, y que al final determina una exhibición más
amplia y una recaudación más potente, desde un punto de vista estrictamente
artístico o cinematográfico el margen de mejora resulta limitado, cuando no
inexistente.
Publicitada
como una cinta de terror, la difusa frontera entre el denominado “thriller” y
el terror propiamente dicho se torna lo suficientemente ambigua como para que,
en este caso concreto, su catalogación pueda encajar en cualquiera de ambos
géneros. La trama propicia la intriga y, sobre todo en su primera parte, logra
ese ambiente de tensión imprescindible para sumergir a los espectadores en el
suspense, con una factura correcta y unas interpretaciones bien trabajadas. En
ese sentido, se trata de una propuesta digna, si bien no destaca en ningún
aspecto específico y se queda en un término medio que permite concederle el
aprobado, pero sin merecer engrosar la lista de estrenos destacados de la
temporada.
Watkins
filmó un episodio de la exitosa serie televisiva “Black Mirror” y ha rodado
para la gran pantalla “La mujer de negro” (2012), protagonizada por Daniel
Radcliffe o “Asalto en París”, con Idris Elba. De ahí su especialización en
intriga y relatos oscuros. Ciertamente, maneja con soltura los recursos para
transmitir al público el misterio y la congoja propios del entretenimiento
basado en la inquietud y los sobresaltos. No obstante, a mi juicio le cuesta
mantener el mismo nivel de intensidad de principio a fin en sus trabajos.
Una
familia estadounidense va a pasar un fin de semana en una majestuosa finca
campestre, invitados por una, en apariencia, encantadora familia británica a la
que conocieron durante unas vacaciones. Lo que comienza como una escapada de
ensueño, pronto se convertirá en una retorcida pesadilla psicológica.
Con una
ajustada duración de poco más de cien minutos, “No hables con extraños” cumple
sus objetivos, pero incide en buena medida en los mismos errores de proyectos
similares. En mi opinión, pese a su previsible final y a una mayor inventiva y
creatividad en la construcción de la historia que en su desenlace, entretendrá
a los aficionados del género.
Destaca
al frente del reparto James McAvoy, actor británico que alcanzó una notable
repercusión gracias a la excelente “Expiación” y a algunas entregas de la saga
de “X-Men”. Sin embargo, de un tiempo a esta parte da la sensación de haberse
encasillado en títulos como el que nos ocupa. Sus actuaciones en “Múltiple”,
“Atómica” o “Glass (Cristal)” acreditan dicha tendencia, aunque su versatilidad
le permitiría barajar otras opciones. Ojalá en el futuro ofrezca perfiles
diferentes. Le acompañan Mackenzie Davis (“Marte”, “Blade Runner 2049”, “Tully”),
Aisling Franciosi (“Imperdonable”) y Scoot McNairy (“Mátalos suavemente”).
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